Hay públicos y públicos. La industria cultural se mueve entre parámetros esperanzadores para algunos, desoladores para otros.
El mundo de la literatura está experimentado un crecimiento que se traduce en ventas. Por ejemplo, en España (un país poco dado a la lectura) consiguió vender en 2.022 el 87% de lo editado, lo que es una cifra realmente optimista Sobre 2.2 billones de libros se estiman que se publican al año en el mundo, suponiendo EE.UU, Reino Unido y China el 72% del total. Cifras que abruman. Lo más destacado, es que el libro físico no ha sido enterrado por el digital. Se sigue optando por el papel frente a la tablet.
Generalmente, los lectores son más fieles que los oyentes y también su nivel cultural está por encima de los segundos.
Esto lo demuestra las pesimistas estadísticas de la industria musical. En España, sólo el 5% consume aún Discos Compactos.
Las listas de artistas más escuchados son para echarse a llorar: Shakira o Bizarrap encabezan en España el consumo de música digital.
En el resto del mundo, la situación no es tampoco demasiado alentadora, eso sí, el Thriller de Michael Jackson encabeza aún el top de la música mundial favorita. Las plataformas ya le han dado la vuelta a la venta de discos físicos siendo una excepción el caso de Japón, que aún apuesta por este formato.
Pero frente a la lealtad y fidelidad de los lectores, el público que consume música, en general, es altamente decepcionante. Las plataformas como Spotify siguen mermando la industria musical, así como una estela de terceros que aún abaratan los beneficios que un artista de la música puede obtener por tener su música en ellas. Realmente patético.
El público musical fiel es minoritario. Son aquellos que aún compran discos de vinilo o compactos sin dejarse seducir por los cantos de sirena de Spotify y otros interventores de la cultura musical.
CONCLUSIÓN:
Mientras que la industria literaria vive un momento de expansión y no supeditada a lo digital, la industria musical viene una contracción y un arakiri al que muchos artistas se han apuntado, sin que ello le genere ningún tipo de beneficio salvo el marketing. Se llama en España, una bajada de pantalones.
Como artista musical, envidio la salud del mundo literario y resignado a que nadie levantará su voz en contra de estos malhechores que están literalmente hundiendo nuestra rica cultura musical pasada.
ENLACES DE INTERÉS:
Evolución del número de ejemplares de libros editados y vendidos en España de 2004 a 2022
Listas anuales de ventas de música 2023 en España
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