· 

¿Por qué perdemos el tiempo en trivialidades?/ Why do we waste time on trivialities?

La trivialidad es consustancial al ser humano y a veces de lo trivial, de lo simple, de lo meramente anecdótico alguien puede acabar sacando algún provecho. Ojo, dije a veces.


Estamos inmersos en un mundo de trivialidades cada vez más parasitario. Nos gusta, por economía, lo inmediato, lo fácil, la comida precocinada. Ocurre también que en una chispa que se produce en las sinapsis cerebrales, nos preocupamos de dedicar un tiempo a algo más profundo. No necesariamente lo profundo encierra la última verdad, pero al menos nos acerca a significaría.


Escuchar (verbo activo frente a oír) a Julián Marías es uno de esos momentos en que uno se siente claudicando ante el sermón del domingo desde un púlpito que subyuga, ante aquello que las trivialidades no permiten, que ocultan desde su mascarada: la necesidad urgente, cual timbrazo, de pensar, de deconstruir para rellenar os nuevamente como croissant enriquecido de delicioso chocolate. Cómo decía la canción "La vida no vale nada" si la entregamos como el motorista de pizzas. Sólo esos instantes son los que revelan nuestro aprendizaje más profundo frente a la cotidianeidad de tener que vivir el resto.


Julián Marías deja huella tanto si te habla de mi admirado Unamuno como de Galdós, dos contrastes en la forma de entender la literatura y la vida. Ojo, no dije antagonicos. En esa forma de contarlo tan viva, tan cercana, el filósofo que bebió de la fuente de la razón vital de Ortega, es el mensaje del sermón antes citado sin el ceremonial propiodel contexto litúrgico, pero repleto de enseñanza, de mensaje, de contenido. Sus conferencias no son cubrir el expediente, ni siquiera una excusa para sumar al currículum. Están dotados de lecciones de vida, se introducen en la cavidad craneal desde el oído y te sacuden cual pelele invitándote a que tu vida ( sea principio o final de algo) no se reduzca a cosas irrelevantes. Elegir bien tus referentes tal vez no te haga mejor o peor persona (o si), pero habrás allanado el camino, tus surcos serán el reflejo de no haber sido más que un accidente.