Y ahora, un poco de música. Este es uno de los viejos artículos que quiero recuperar. Nada ha cambiado desde entonces.
La corrupta y sangrante compañía de streaming Spotify es la peor enemiga de los artistas. Hace unos meses pedí a una empresa norteamericana que vela por los derechos de los artistas independientes a reclamar que Spotify retirara toda aquella información que como ciudadano me afecta y está recogida en España como Protección de datos. Tras meses esperando una respuesta ya conocida, me respondieron que no podían hacer nada al respecto. Esto demuestra la gran vulnerabilidad de todo aquel que participa del abuso de Spotify, una empresa sin escrúpulos y sin interés alguno por el arte, que llegó, uno de sus agentes, a ofender públicamente al príncipe Harry y su esposa. Todo aquel que participa directa o indirectamente de una ilegalidad es colaboracionista y cómplice.
El artículo comenzaba aquí:
"El tiempo acabará dando la razón a los que creímos que la muerte del vinilo era la muerte del artista.
Ahora vuelve con inusitado impulso y se abren fábricas de vinilo por todo el planeta.
El vinilo permite el control y devuelve a la música a su espacio - santuario.
Devuelve la dignidad al artista y obliga al consumidor a un compromiso con el arte y la cultura.
Desgraciadamente es caro para artistas independientes que muy probablemente se tengan que comer con patatas 80 de los 100 encargados. Pero cuando sea rentable, habremos dado el primer paso a nuestra independencia recuperando el espacio que nos arrebataron y aquellos que hoy amasan fortunas con sus playlist, tendrán que dedicarse a otra cosa.
A los que me llaman tremendista que lean el artículo siguiente de unas de las revistas más prestigiosas de música" (Estaba publicado en INDIEROCK, pero parece que lo han retirado y está alojado en esta web)